miércoles, mayo 30, 2012

Cartas de un viajero: 8ª Carta.


Las terribles manos de la urbe con largas y abarcan mucho. Son guiadas por el viento y el capricho, por el encanto de la dama de concreto.
El viento es frío en el camino, trae consigo vida, romance, esplendor. Porta las promesas de los hijos de las flores. Hace que las ramas del “Árbol de aves” crezcan fuertes, altas.
Las hojas bailan, saludan al viento. El sonido viaja a través de él. Canciones de otras tierras llegan  a mis oídos. La muerte viaja partida en tres.
Caballos con corazón de fierro, y las campanas. Las campanas no paran de sonar.
Un ojo vivo y uno muerto, reyes del pasado, caminantes a la horca.
Claroscuro está el cielo,
amenaza con caer,
bestias de la noche,
no tardan en aparecer.
El camino se angosta, las manos de la urbe con largas y abarcan mucho.

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