martes, noviembre 08, 2016

FANFIC : EL EVANGELIO DE SUPERMAN

El Evangelio de Superman
Autor: Omar Mundaca

El Hombre sin rostro corría por los oscuros pasillos subterráneos del metro de Santiago de Chile. En sus manos llevaba aquello que buscaba hacía tiempo. El objeto era rectangular, grueso, y de tapas negras. La real pregunta, no era qué hacía aquel hombre en aquella circunstancia, sino que, qué era lo que había escrito en ese libro.
La cara del hombre estaba vacía. Un sombrero de alas cortas adornaba su cabeza, y una gabardina completaba su atuendo, ondeando a su acelerado pazo. La luz era escasa, y apenas dejaba ver los contornos de los pasillos por los que huía.
Si conocieran al hombre bajo ese rostro, sabrían que las preguntas flotaban en su mente. ¿Dónde estaba metido? ¿Cómo salir de ahí? ¿Qué había escrito en el libro?  Y por sobre todo ¿Por qué había llegado a estar como estaba?
Algo cansado, Question se detuvo y pasó los dedos por la tapa del libro. A pesar de tener sospechas sobre lo que ocurría, no pudo evitar sorprenderse por lo que sintieron sus huellas dactilares. En ella, en relieve, una gran “S” dentro de un pentágono irregular adelantaba de lo que trataba su contenido. El símbolo era reconocido por todo el mundo, e incluso más allá de esta galaxia. Era una “S” kriptoniana. La casa de “El”.
Siguió avanzando temiendo ser descubierto, mientras sacaba del bolsillo un aparato con pantalla táctil que le avisaba que no había señales de perseguidores ni, enemigos, sólo animales rastreros y ratas que poblaban las abandonadas instalaciones de aquella ciudad en el fin del mundo.
El gas de fijación de la Pseudodermis ya estaba perdiendo efecto, cuando Question guiado por la información de su dispositivo, decidió parar un momento. Asfixiado, el sudor recorría sus escondidas mejillas, y agitado quitó la máscara que cubría sus facciones y su nariz, para tomar una larga inspiración de aire viciado.
El rostro de Tim Drake lucía extenuado.
¿Cómo es que él, el ex Red Robin, había terminado utilizando la antigua máscara de René Montoya, y Victor Sage antes que ella?
Esa pregunta era sencilla, comparada con la que la mente del ex pupilo del mejor detective del mundo.
Drake siguió una pista, para descubrir lo que iba mal con este mundo. Encendiendo su linterna portátil, miró el libro. Era grueso, negro, y con la “S” de Superman sobre él. Lo abrió.
El Evangelio de Superman” rezaba el título en la primera página. Pasó la página, y lo que leyó llamó más poderosamente su atención.
-“El Evangelio de Superman, según Lois Laine” – murmuró entre labios.
Yo lo amé. Lo vi morir, y volver a la vida. Y él es el camino, nadie más puede salvarnos
Drake cerró el libro al creer haber oído algo.
Nervioso, siguió avanzando hasta ver una salida. Por el portal por donde hacía tiempo no transitaba un metro bus, se dejó ver un escenario demoledor. Edificios en ruinas, automóviles abandonados. La luz de la luna permitía una panorámica completa del sector. Miró con cuidado hacia el exterior, y corrió por la vía, para refugiarse en algún otro lugar oscuro. No era seguro andar por ahí expuesto, aunque su gabardina cubierta por plomo, hacía difícil que lo viera.
Dentro de un edificio, abrió nuevamente el libro. En el costado, tenía comisuras que indicaban el inicio de cada capítulo. Estaba interesado, quizás eso le daría una pista de cómo todo se había ido al infierno.
Lo combatí, me enfrenté a él como un igual, y me rendí antes su misericordia. Caído de las estrellas, la respuesta a la soberbia humana llegó para calmar nuestros corazones. Arrepentido me aceptó entre sus seguidores, para hacer de este, un mejor mundo”. Question quedó anonadado, miró el título de aquel capítulo, antes de continuar. “El Evangelio de Supermán según Lex Luthor”.
Su aparato lanzó una vibración. Tim cerró el libro con rapidez, y miró la pantalla. Su ritmo cardiaco se aceleró a gran velocidad.
-Mierda, me encontró.
El ex Robin pensó por un segundo regresar a los túneles del metro, pero sabía que era peligroso. Enfrentar a quien lo perseguía, siempre fue más fácil en campo abierto.
Corrió en contra, para enfrentarlo, tomando una pistola, sabiendo que le molestaría, y sacaría de concentración. “Si te quieren tomar por sorpresa, ve y enfréntalos” recordó de su época como Sidekick.
Al llegar a una esquina, el aparato le informaba que se encontraría frente a frente a quien lo perseguía, pero al doblar, sólo un perro callejero pasó corriendo. Se fijó que algo colgaba se su cuello, una trampa, un señuelo para la máquina.
Desde su espalda una sombra más negra que la noche, cayó sobre él, tumbándolo, haciéndolo perder su arma de defensa.
Tim miró a su atacante, vestido como era usual pero con una gran “S” kiptoniana en el pecho, dentro del murciélago.
-Bruce – saludó con seriedad.
Batman no respondió. Tim Drake, su antiguo compañero en la persecución del crimen, se lanzó contra el vigilante de Gotham, agitando un bastón “Bo” plegable, su arma favorita. Batman interceptó con el antebrazo, protegido por una armadura hecha de materiales resistentes a cualquier cosa. Tecnología extraterrestre.
-¿Por qué permitiste que ocurriera esto? – preguntó Question en el enfrentamiento.
El murciélago siguió sin hablar. De hecho, no hablaban desde hace años, desde que públicamente el hombre de acero se había proclamado gobernante del planeta, rodeado por la liga de la justicia. A su derecha estaba su mentor, que ahora callado, combatía de forma automática, casi de manual. Drake notó esto, y se adelantó. Combinando algunas técnicas derribó a su formador.
-Identidad – preguntó Batman, luego de recuperarse.
La máscara que cubría su rostro, tenía agregado un reconocedor facial en los anteojos, dándole el nombre de su ex pupilo.
-“Drake, Timothy. Red Robin” – repitió Batman.
-Question ahora. Me parece más adecuado para los tiempos que corren.
-Drake Timothy, tengo una oferta que hacerte. Devuelve lo que has robado, y podrás unirte a nosotros. Liberar al planeta de la escoria.
-Ese no fue el trato cuando me puse la máscara por primera vez. Además, por tu tono apagado, por no saber quién era yo, y por sobre todo, por tu pobre desempeño en combate, asumo que no hablo con Bruce Wayne, ¿no es verdad?
-Inteligente. Necesito eso – dijo, quien fuera que estuviera bajo la máscara.
-Primero, responde ¿De qué se trata todo esto? – preguntó Drake, levantando el libro, el Evangelio de Superman.
-Una idea de él – dijo Batman, apuntando a su propia cabeza – cualquier proceso purgatorio, despierta resistencia, y suele ser un proceso desgastante si se juega a corto plazo, pero si logro que la misma gente se rinda, que ellos mismos se entreguen… a largo plazo… eso sería una victoria total.
-Pero esto es burdo, la gente sabe, ha visto la crueldad de Superman. Mira cómo ha dejado al mundo.
-Inteligente – repitió, apuntando a su propia cabeza – Creo que no estás considerando todo. El huésped principal tiene una proyección de vida muy superior a estos sujetos. Los victoriosos escriben la historia… y controlar la esperanza de algunos, puede serla clave que mi victoria.
-¿Quién mierda eres tú? – preguntó Drake, lanzándose al ataque.
Luego de un largo intercambio de golpes, Drake logró quitarle la máscara a su contrincante, mostrando el semblante de su padre adoptivo, el multimillonario Playboy, Bruce Wayne.
-No entiendo.
-¿No es la respuesta que esperabas? – respondió Batman, con una pregunta – mira – añadió.
Con su mano derecha apuntó su cuello, y una punta de algo morado sobresalía, como un brazo de estrella de mar.
-Starro.
-Luego de mucho tiempo de combatir, decidí cambiar la estrategia, y aprender de mis huéspedes. No te reconocí, ya que tuve que freír gran parte de su cerebro para evitar la continua resistencia. Este en particular me sirvió mucho, para desarrollar el plan, y por sobre todo ese libro. “El Evangelio de Superman”, una falsa esperanza para el futuro, para aquellos nacidos bajo la sombra de la ignorancia y el miedo. Tres o cuatro generaciones en el futuro no tendrán idea de por qué el mundo está como está… y su salvador será el hombre de acero.
Drake esperó un momento, procesándolo todo. Algo le molestaba. Una última pregunta.
-¿Por qué me cuestas todo esto?
-Porque él ya está aquí.
Desde lo alto, una capa roja adelantaba la identidad del recién llegado.
-También soy yo. Quizás en alguna ocasión te llevaré a la fortaleza para visitarme. Este es mi custodio persona, y tu final.
Superman, bajó a gran velocidad hasta donde Drake estaba de pie. Lo tomó con fuerza, inmovilizándolo. Batman se acercó a su ex pupilo, y se quitó la estrella Starro de la base de la nuca, y la acercó a Question. Las preguntas cesaron. Un ruido intenso apagó la conciencia del ex Robin. De un rápido movimiento, y cuando se percató que Bruce Wayne recuperaba su propia identidad, Superman lanzó un rayo de calor en medio de su frente, dejando caer su cuerpo. Inmóvil, Tim Drake esperó hasta que el kriptoniado, dominado por Starro El Conquistador, la estrella de mar espacial, terminaba de desvestir a Bruce Wayne, y le pasaba la armadura del Murciélago a su nuevo portador.
-Ahora, ve, y esparce mi palabra – dijo dramático Starro, entregándole nuevamente el libro a Drake, que lo había soltado al ser atacado por Superman.
Batman, no dijo nada.

Fin.

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