La hora cero. Donde las semillas de los milagros se plantan y la esperanza alimenta a sus hijos.
La hora en que nacen todas las horas.
La hora donde el tiempo se dobla en sí mismo, y se come desde la cola, formando un infinito devenir simétrico.
El momento en que la lluvia es roja y las estrellas lloran. El sol besa el vacío y lo desgarras hasta las entrañas.
Cuando la unidad se para sobre nuestras cabezas y nos obliga a escribir una y mil veces la palabra nunca dicha.
La hora cero, es la hora en que es otra hora. Una hora cuantica, llena de cadenas de ADN encriptado por señales satelitales paleolíticas.
Una hora absurda, una hora escrita en cero, embuelta en plateado papel de regalo.
La hora cero, donde las semillas de los milagros se plantan, germinan, y se marchitan.
La hora en que nacen todas las horas.
La hora donde el tiempo se dobla en sí mismo, y se come desde la cola, formando un infinito devenir simétrico.
El momento en que la lluvia es roja y las estrellas lloran. El sol besa el vacío y lo desgarras hasta las entrañas.
Cuando la unidad se para sobre nuestras cabezas y nos obliga a escribir una y mil veces la palabra nunca dicha.
La hora cero, es la hora en que es otra hora. Una hora cuantica, llena de cadenas de ADN encriptado por señales satelitales paleolíticas.
Una hora absurda, una hora escrita en cero, embuelta en plateado papel de regalo.
La hora cero, donde las semillas de los milagros se plantan, germinan, y se marchitan.
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