La risa del Cuervo - editado -

La arrastrada niebla abre un sendero hasta el infinito, dejando que la luz la atraviece, y alumbre la caravana.
-¿Escuchas eso?
-Son las campanas... las campanadas del fin del mundo han ahuyentado a las aves.
-¡¡Cállate!!
-Dejalo, por alguna razón está alegre... por alguna razón sus graznidos son confortables
La luna estaba roja, como la sangre asustada de la gente, mientras que la risa del cuervo acompañan a las campanadas de media noche.
Profeta ignorada, el ave no se movía en su baile demente sobre la cruz de la antigua iglesia, su mente estaba ida en sus alucinaciones.
Más allá, las otras aves, que huyen hacia el norte, pueden oír el eco de las burlas de la demente ave.
-Ja JA Ja, se los dije, sabía que vendría... Ja jA JA... se los dije...
Su locura y orgullo inflaban el aire, retumababan a lo lejos conciente de que no importaba donde estuvieramos, el fin nos alcanzaría.

(Letra: Zirijo; Dibujo: Dan)