jueves, marzo 25, 2010

Como el Vino

Hay personas a las que la múscia miserable las hace sentir mejor de lo que están. A mi, por el contrario, me hace sentir más miserable, y maserarse en esa miseria es lo que forma el carácter. Puede ser uno malo, uno bueno, pero el resultado de ese descanso, de esa descomposición emocional es lo que nos forma como personas. Somos como el vino. Con especias, en contenedores de roble, de acero, cinco años, vinos jóvenes, vinos viejos; es todo lo que necesitamos para salir a respirar nuevamente el aire matinal, y ver el mundo con diferentes ojos. La miseria nos da lentes para ver la realidad.
En lo personal, cuando me siento miserable, me dejo llevar a la piscina de la desesperanza por "Pioneer to the falls" de Interpol.

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